La automatización de los procesos en el seno de todo tipo de compañías ha aligerado la realización de tareas sencillas y repetitivas que hacían los empleados junior. ¿Qué pasó con ellos? Muchos fueron víctimas de la tecnología, pero otras empresas han optado por una estrategia diferente, como es la de cultivar la cultura del aprendizaje dentro de la empresa.
En un mundo cada vez más cambiante y competitivo, las empresas que adoptan estos nuevos enfoques, más proactivos para administrar su fuerza laboral, no solo aumentan las posibilidades de captar más y mejores talentos, lo que rinde dividendos a corto plazo, sino que también contribuye con generar fortalezas que son claves para enfrentar el futuro.
“Muchos clientes preguntan ¿Cómo puedo construir una cultura de aprendizaje? No existe una solución instantánea sobre lo que se puede hacer, que suceda tan rápido como solo tocar un interruptor. La esencia de desarrollar un músculo es que tienes que comprometerte y practicar. Hacer que el aprendizaje sea esencial, significativo y accesible requiere de un compromiso por parte del liderazgo y de los empleados para ser impulsados por el aprendizaje permanente”. La reflexión pertenece a Angelika Reich, socia de McKinsey & Company.
Porqué es necesaria la cultura de aprendizaje en la empresa
Generar una cultura de aprendizaje en la empresa es un tema urgente, que merece una reflexión inmediata, precisa la ejecutiva de McKinsey. La pandemia de COVID-19 no solo aceleró la automatización al interior de todos los sectores industriales, sino que además se digitalizó la forma, cómo se atienden los clientes y cómo se trabaja con los empleados.
Por supuesto, no hay una fórmula mágica. Capacitar o recapacitar a los trabajadores depende de muchos factores. En primer lugar, de que la organización tenga una visión estratégica sobre la importancia de fomentar la cultura del aprendizaje en la empresa. Luego están los líderes, que ayuden y promuevan que sus colaboradores mejoren sus habilidades y destrezas.
Y, finalmente, los empleados, quienes son los que dispondrán de su tiempo, compromiso y entusiasmo para sumarse a un programa de capacitación y sacar el mayor provecho.
En cualquier caso, es un esfuerzo conjunto que amerita que todas las partes se engranen y acciones de forma efectiva y proactiva. Lograr esas políticas de formación e implantar esa cultura de aprendizaje aumenta el valor de mercado, tanto de la empresa, como de cada uno de sus empleados, que es capaz de actualizar y transformar sus habilidades de manera regular y continua.
Al mismo tiempo, promover la cultura del aprendizaje en la empresa tiene un gran impacto en la retención de talento, aumenta la satisfacción de los colaboradores, reduce la rotación del personal, incrementa la productividad, promueve la colaboración y estimula el intercambio de conocimientos y buenas prácticas.
¿Por dónde comenzar?
Aaron De Smet, socio senior de la consultora global People & Organizational Performance de la firma McKinsey & Company, sugiere en el desarrollo de una cultura de aprendizaje dentro de la empresa se comience por los siguientes aspectos:
1. Habilidades técnicas:
La automatización, la digitalización, la ciencia y el análisis de datos son componentes que cada vez impactan más a todo el organigrama de la empresa. Invertir en este tipo de capacitaciones es el primer paso, pues cada vez más empleados tienen un componente en su desempeño laboral.
2. Habilidades humana:
El personal junior que dejó de hacer tareas repetitivas y rutinarias en su día a día, gracias a la automatización, puede desarrollar habilidades de interacción y soporte con los clientes de la empresa. Los equipos de gestión de talentos deben evaluar cuáles son las habilidades de este personal y potenciar su crecimiento.
3. Habilidades de aprendizaje:
El aprendizaje es una habilidad que es necesario desarrollar. A medida que la digitalización avanza hay una avalancha de nuevos conocimientos y saberes que no siempre se tiene el tiempo y la capacidad de asimilar. La habilidad técnica que hoy se consigue, mañana ya puede estar obsoleta. Entonces hay que ejercitar y pulir la capacidad de aprender y la de aprender aceleradamente.
Consolidando la cultura de aprendizaje
Las empresas deben dedicar recursos para los talentos ocultos de los empleados, que pueden agregar valor en otras partes de la empresa.
Los supervisores deben comprender bien las habilidades de cada individuo, para que así puedan promover nuevas y específicas habilidades en cada uno. Por ejemplo: un empleado puede necesitar determinadas habilidades técnicas para cumplir un nuevo rol. Al mismo tiempo, necesitará desarrollar sus habilidades directivas para ocupar un cargo de gerente o líder.
También hay que dedicar tiempo a crear una cultura de aprendizaje en la empresa que apoye el desarrollo de habilidades y destrezas. Los programas de tutoría y entrenamiento y las formaciones in company, ayuda a garantizar que los empleados se esfuercen y comprometan con el mejoramiento continuo y la adquisición de nuevas habilidades y destrezas.
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Traducción de la fuente: Fast Company