Diseñar una nueva empresa u organización es una tarea apasionante y retadora. Hay que tener en cuenta muchos enfoques y tácticas diferentes. Hay que pensar en todo, desde el tipo de producto a ofrecer hasta las prácticas de contratación del personal, pasando por la distribución de la oficina y las estrategias de marketing.
Todo esto y más incidirá en el diseño organizacional de la empresa. Es un proceso que también puede resultar abrumador, sobre todo si nunca has trabajado en el campo. Si eres nuevo en estas lides, seguramente te preguntarás cuál es el modelo organizacional más adecuado para la organización en la que trabajas o tu propio negocio. Hay varias opciones, conócelos y toma la mejor decisión.
Cómo entender el diseño organizacional de la empresa
El diseño organizacional de la empresa es el comienzo, la base sobre la que se estructura una producción que generará posteriormente una rentabilidad. El modelo aporta un marco en que se fundamenta una estructura. Funciona para todo tipo de organizaciones, públicas o privadas, con o sin fines de lucro, ONG o gubernamentales.
El modelo aclara los procesos internos y las funciones de los equipos de trabajo y permite que las organizaciones encuentren el ajuste adecuado para satisfacer sus necesidades y desarrollar su cultura. Ese modelo describe la estructura de una organización e identifica las funciones, responsabilidades y expectativas de cada empleado.
Puede incluir también la estructura de los departamentos, las funciones orientadas al cliente y la estructura de comunicación. Sirve de guía para el funcionamiento de la organización y ayuda a trazar el rumbo sobre cómo trabajan los equipos humanos en el logro de sus objetivos comerciales o institucionales.
Tipos de modelos organizacionales para empresas
Hay distintos modelos aplicables en el diseño organizacional de una empresa. Pueden clasificarse por función, tipo de organización y estructura. Por supuesto, decidir cuál es el modelo organizacional ideal dependerá de distintos factores que van desde el tamaño de la empresa, el estilo de liderazgo y los propios proyectos y procesos que llevan a cabo.
En este sentido, hay cinco tipos básicos de estructuras para el diseño organizacional:
Modelo lineal
Es el más clásico. Se utiliza en pequeñas y medianas empresas. Es una estructura organizativa piramidal, hay un centro de mando del cual se desprende el resto de la organización. Suele ser demasiado rígido, y por ende poco eficiente, para entornos dinámicos como los actuales.
Modelo funcional
Es el más empleado en la actualidad, sobre todo en medianas y grandes empresas. La estructura se fundamenta en departamentos con habilidades y funciones muy específicas. Hay un liderazgo en cada sector, por lo que se rompe con la unidad del modelo anterior.
Modelo adhocrático
Esta es la estructura más complicada, ya que se basa en objetivos y necesidades puntuales. Exige trabajo en equipo y profesionales capacitados para trabajar por proyectos o por pedidos. Es característico de empresas de consultoría, ingeniería o tecnologías avanzadas.
Modelo divisional
La empresa se divide en unidades distintas que trabajo bajo un único liderazgo. Es usual en empresas grandes con equipos repartidos en diferentes países, en las que un equipo de trabajo atiende un mercado o tiene sus propias líneas de productos.
Modelo matricial
Es una fusión entre el modelo divisional y el funcional. Se unen para superar las desventajas de cada modelo y ser más eficiente. Tiene dos o tres niveles de mando, hay una dirección intermedia y se dividen unidades de trabajo con diferentes funciones, procesos o proyectos.
Conseguir una organización a la medida
Conseguir el modelo organizacional perfecto para la empresa, sus fundadores y empleados es un ideal, no digamos que inalcanzable, pero es producto de un proceso continuo, en el que se diseña un modelo, que se va adaptando a las necesidades de la empresa y a su cultura.
Una empresa puede ir incorporando servicios o unidades de trabajo a su modelo según va atendiendo necesidades en el mercado. Seguramente implicará tener nuevos acuerdos de trabajo, incorporar más flexibilidad o tercerizar determinados procesos, para lograr que la organización pueda generar los productos o servicios que ofrece a su clientela y aumente su competitividad.
Cualquiera sea el modelo organizacional de la empresa, siempre será de gran valor precisar una descripción de los puestos de trabajo, las tareas a cumplir, cómo se engranan en la estructura organizativa y cómo se gestiona la comunicación. En cualquier modelo puesto en marcha, estos elementos contribuyen a que los procesos sean más eficientes, eficaces y racionalizados.
Consideraciones finales
El diseño organizacional de la empresa es aquel que tiene en cuenta las necesidades, la cultura y los empleados. Como señala la oficina consultora de KPMG en Colombia, es aquel que contempla los elementos estratégicos, de tal manera que el resultado sea perdurable en el tiempo, que alcance sus metas de negocio, con un crecimiento sostenido; integrando gente, procesos y tecnología.
Para lograr la estructura ideal de cualquier organización hay que prepararse, contar con todas las herramientas para hacer un análisis de la organización y sus objetivos, para proponer una estructura eficiente que genere los mejores resultados.
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