Por liderazgo femenino entendemos aquel que es ejercido por mujeres gestionando equipos de trabajo en organizaciones, comunidades o empresas, con responsabilidades directivas. Aunque las estadísticas generales muestran un crecimiento del liderazgo femenino en el nivel empresarial, la tendencia ha sido mayor en el sector privado.
Ser mujer y profesional ha sido posible a la lucha y el liderazgo de muchas mujeres que reivindicaron los derechos de las mujeres a estudiar, trabajar, decidir, opinar y emprender.
Ha sido un proceso largo a nivel mundial y en nuestros países de América Latina, todavía son muchas las batallas que aún se están librando. Sin embargo, hoy la mujeres latinoamericanas tiene muchas opciones y han demostrado su capacidad, más allá de los roles tradicionales. Llevan la batuta en organizaciones, empresas, centros de estudios, en sus comunidades y sus propios emprendimientos.
El liderazgo femenino ¿porque es importante?
Superar la brecha de la desigualdad de género en el liderazgo a nivel global ha sido un tema de interés para los organismos internacionales. Esto debido a que se estima que la paridad en los puestos de dirección genera importantes beneficios para la economía y propiamente para las empresas.
La equidad en el liderazgo a nivel directivo de las empresas fortalece la toma de decisiones en los consejos administrativos y logra propiciar la innovación. De la misma forma, impacta positivamente la creatividad y el compromiso de las mujeres en los procesos de diseño, construcción y elaboración de productos y servicios alcanzan mayores resultados y crecimiento económico.
Las variables como desarrollo, bienestar social y productividad traen consigo beneficios adicionales cuando se da un balance en la fuerza laboral en la equidad de género. Lo que es un tema de interés global, que incluso forma parte de la Agenda 2030 (Objetivos de Desarrollo Sostenible) de la ONU.
Aportes del liderazgo femenino
Un estudio realizado por la Harvard Business Review señala que las mujeres en los puestos de dirección se adaptan mejor a los cambios y al manejo de crisis. Este estudio no solo concluye en el impacto positivo de tener mujeres en los puestos de liderazgo. Sino que además muestra que las mujeres en cargos directivos propician mejor la transformación dentro de una empresa.
Asimismo, el liderazgo femenino también ha mostrado mayor empatía en los equipos de trabajo, propicia la cooperación y mayor predisposición al cambio. Del mismo modo, capacidad de gestionar distintos equipos de trabajo en la misma gestión y fortalece la inclusión e identidades.
En una publicación del Banco Interamericano de Desarrollo, refleja que distintas investigaciones apuntan a que el liderazgo femenino ha supuesto un crecimiento en el patrimonio de aquellas empresas donde había al menos una mujer en el consejo directivo. La misma publicación afirma que el rol femenino mejora el desempeño corporativo combinando comportamiento y liderazgo.
Desafíos del liderazgo femenino
- El principal desafío para el liderazgo femenino es el de derribar las barreras de la inequidad en la empleabilidad de la alta gerencia de una organización.
- Luego el de la equidad, en cuanto a salarios acordes y que corresponda a la responsabilidad para un puesto de liderazgo.
- Entre las mayores barreras de género a los que debe enfrentarse el liderazgo femenino están el acceso a financiamiento estatal o extranjero y gestiones gubernamentales. Del mismo modo la discriminación del sector y aspectos emocionales como la falta de confianza y la socialización diferenciada.
- La inclusión debe dejar de ser una utopía, para ya convertirse en una acción abierta dentro de los espacios laborales en todos sus niveles. Desde la fuerza laboral hasta los consejos administrativos debe darse apertura e inclusión a la mujer como capaces de liderar cambios, crisis y transformación.
- En el entorno público, aunque en una menor escala, la participación de la mujer en cargos públicos apunta hacia la inversión en los sectores como salud, educación y bienestar social.
Actualmente las empresas y organizaciones tienden a hacer más horizontales producto de la incorporación de la tecnología en sus procesos internos. Esto ha motivado a realizar cambios en las estructuras y conformación de los equipos de trabajo. Es por ello que el liderazgo femenino se convierte en una clave funcional en la cooperación, empatía, inclusión desde los puestos de dirección.
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