Lean Startup es una metodología que permite desarrollar ideas innovadoras, en el menor tiempo posible y al menor costo posible. El fin último es definir un producto o servicio que tenga aceptación en el mercado y que sea el inicio de un nuevo modelo de negocio.
Esta metodología fue desarrollada por Eric Ries, emprendedor tecnológico que como muchos, trabajó con productos que fracasaron en el mercado.
Luego de experimentar y aprender, pero también de perder tiempo y dinero, se dio cuenta de la importancia que tenía tener una visión más ágil. Una que le permitiera tener hipótesis y validarlas en el mercado, aprender de ellas antes de implementarlas completamente.
Ries dio a conocer al mundo esta metodología a través de un libro que se convirtió en best-seller: “El método Lean Startup”. Sin embargo, el concepto venía de su mentor y también emprendedor en Silicon Valley, Steve Blank, quien había desarrollado una metodología de validación de productos basada en el cliente (Customer Development).
En esencia, la idea es experimentar con una versión mínima de nuestro producto o servicio, para saber si cubre con las necesidades o deseos de nuestro público objetivo. Es por ello que la metodología Lean Startup es aplicable a todo tipo de proyectos nuevos.
En qué consiste Lean Startup
Muchos se atreven a decir que el éxito es un golpe de suerte. Hablan de “estar en el lugar correcto en el momento correcto”. Sin duda, resulta muy azaroso.
Ries plantea que el éxito de un emprendimiento se puede diseñar si se recurre a un proceso de innovación continua, en el cual se garantiza que se crean productos para los que hay clientes dispuestos a pagarlos.
Para ello, la metodología plantea un circuito de tres pasos.

- Fase 1 Crear: cuando se lanza una startup, no se cuenta con suficientes datos. Se tiene una idea o hipótesis: el producto X satisface la necesidad X. Por lo tanto, se debe crear un Producto Mínimo Viable (PMV) o prototipo, con el cual acercarse al público objetivo. Este debe tener las funcionalidades básicas del producto, de manera de que facilite conocer la opinión del cliente sobre el producto.
- Fase 2 Medir: Esta fase es la más retadora pues al someter el PMV al escrutinio de los consumidores, hay que recoger datos de valor. Se tiene que evaluar cómo reacciona el cliente potencial. Hay que recopilar toda la información que el público pueda ofrecer. Estos datos son los que facilitan el camino hacia las mejoras necesarias.
- Fase 3 Aprender: la última fase del circuito Lean Startup permite al emprendedor, precisar y aprender si el negocio es viable. Los datos que consiguió probando el producto le sirven para decidir: o sigue perseverando y perfeccionando la idea inicial, o si hay que reajustar sustancialmente la idea inicial que no está funcionando. Es lo que se conoce como pivotar.
Ventajas de utilizar el método Lean Startup
- Puedes experimentar y recibir la respuesta de tu público objetivo. Una vez que has definido un prototipo muéstralo a tu mercado y mide cómo reacciona.
- Los nuevos productos o servicios se enfocan en el cliente. Por mucho que creas que tu idea es fantástica hasta que no la pruebes con tus clientes potenciales, esos que pueden comprar tu producto, no sabrás qué tan buena es.
- Minimizas los riesgos de salir al mercado con un producto que no atrae a los clientes. La experimentación que facilita Lean Startup te permite corregir errores hasta lograr un PMV que sea atractivo para tus clientes.
- La metodología te impulsa a ser más eficiente. Una vez que analizas la información de los experimentos llegas a un producto mejor elaborado y con mayor garantía de éxito.
- Aprendes a ser flexible durante el proceso. Te tienes que adaptar a resultados erróneos y ponerte en marcha nuevamente con la redefinición de tu producto.
- Conoces la realidad del mercado. Disminuyen las posibilidades de fracasar pues has experimentado, medido y aprendido qué debes hacer para lograr el producto que tu público quiere comprar.
Tolerar el fracaso y aprender
El circuito de Lean Startup te permite seguir un proceso con el que vas a tener buenos resultados. Los obstáculos y errores en el camino son parte del aprendizaje que luego se convierten en el éxito que esperas. Esta metodología te enseña a tolerar el fracaso y aprender hasta llegar al producto esperado.

Ries explica en su blog Startup lessons learned, que el PMV es la versión de un nuevo producto que permite a un equipo recolectar la máxima cantidad de aprendizaje validado sobre los clientes con el menor esfuerzo. Insiste en que tiene poco de “mínimo”.
Cuando cofundó Imvu, una plataforma de relacionamiento social con avatar en 3D en un mundo virtual, como Chief Technology Office tardaron seis meses en desarrollar su PMV original. Sin embargo, este prototipo era una mejora más grande desarrollada por la empresa anterior, donde tuvieron casi cinco años antes de lanzarla al mercado.
El proceso que se establece con Lean Startup te permite ir definiendo tu producto o servicio. Vas lanzando distintas propuestas, las vas probando y con el feedback de tus clientes potenciales, haces las mejoras necesarias o descartas las versiones que no funcionan. Así hasta lograr la versión final de tu producto que enamora a tu público objetivo.
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