Dentro de la oficina o cualquier lugar de trabajo es posible que se generen conflictos laborales. Es normal que ocurra por distintas razones que tendrán que ver con la propia interacción social o por las condiciones propias del trabajo.
El manejo de los conflictos laborales está dentro de las responsabilidades de un coordinador, un gerente o el director de Recursos Humanos.
¿Por qué se producen los conflictos laborales?
Las razones detrás de los conflictos laborales son múltiples. Se pueden dar entre personas o entre grupos dentro de una misma organización. Entre las causantes se encuentran:
- Opiniones divergentes entre los miembros de un equipo.
- Mala comunicación.
- Deficiencias en la gestión operativa.
- Exceso de presión.
- Escasez de recursos para cumplir con las actividades con eficiencia y productividad.
- Diferencias entre las percepciones sobre una actividad a realizar o los objetivos a cumplir.
- Distribución deficiente o desproporcionada de las tareas.
- Incumplimiento de acuerdos alcanzados en situaciones conflictivas previas, entre otras.
Las situaciones mencionadas responden a la dinámica propia de los equipos de trabajo dentro de una organización. Pero también se pueden dan conflictos laborales a partir de la incompatibilidad entre las personalidades de los empleados, entre sí o con los supervisores inmediatos, o por las diferencias de opiniones y de valores.
¿Cómo prevenir los conflictos laborales?
Por supuesto, no hay fórmulas mágicas para prevenir los conflictos laborales. Todos los integrantes de una organización pueden evitar que se generen la mayoría de estas situaciones siguiendo principios básicos de buena convivencia.
En este sentido, los líderes de una organización deben fomentar la buena comunicación, la empatía, la cordialidad y el agradecimiento como pilares de las relaciones interpersonales, tanto entre colegas, como entre supervisores y subordinados.
Asimismo, en la asignación, seguimiento y control de las tareas asignadas deben reinar los mismos principios. El supervisor debe velar porque estos procesos se lleven en un clima de armonía y al mismo tiempo, seguir los siguientes principios:
- Equilibrar las cargas entre los colaboradores.
- Organizar los procedimientos.
- Hacer los reconocimientos por los logros en el justo momento.
- Fomentar el compañerismo y la colaboración.
- Evitar reprimendas públicas ante los errores.
¿Cómo resolver los conflictos laborales?
Por mucho que se eviten las situaciones que generan problemas, puede llegar el día en que simplemente ocurra un conflicto entre colaboradores, con los subalternos o con los superiores.
Para resolver estos problemas, se puede recurrir a las siguientes estrategias:
- Mantener la calma y la imparcialidad. Quien tenga el rol de mediar entre partes en conflictos tiene que hacer su mejor esfuerzo por no dejarse llevar por las emociones negativas, ni tomar partido por uno de los involucrados en el conflicto.
- Centrarse en los datos aportados por las partes y obviar las percepciones subjetivas. De esta forma, el mediador podrá tener bases reales para entender la situación y aportar una solución.
- Identificar los puntos de acuerdo y en desacuerdo entre las partes. El mediador debe identificar estos puntos que convergen y divergen, para mostrarlas a las partes en conflicto. De esta forma podrán comprender qué los une y que los separa. De esta forma, podrán visualizar cuáles son las salidas al conflicto.
- Priorizar las áreas del conflicto, de manera de determinar qué es lo más relevante y qué puede quedar para una negociación posterior.
- Buscar el ganar-ganar. Aunque puede ser difícil llegar a un acuerdo que satisfaga a todos por igual, se deben buscar los acuerdos más equilibrados posibles, donde todas las partes queden satisfechas con el logro de sus demandas.
Los conflictos laborales forman parte de la dinámica diaria dentro de una empresa. De igualmente, la resolución de los problemas debe lograrse en la mayor armonía posible, escuchando a las partes y buscando un acuerdo satisfactorio para todos.
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